6 de Agosto de 1945

Dimas Lidio Pitty

A los defensores de la vida

y de la paz en el mundo.

 

Un destello en el alba de Hiroshima

genera ondas de muerte,

hasta más allá del horizonte

y de los años.

 

De seres y muros calcinados,

vueltos nada en un segundo,

solamente quedan 

sombras en el aire,

recuerdos,

vacío,

silencio.

 

¿Por qué el hombre oscurece el día

con hongos de ceniza y humo,

borra el pasado,

nubla el porvenir

y cancela toda esperanza?

 

Sesenta años después,

la pregunta y el peligro están vigentes:

¿Podrá el hombre dejar atrás la bestia

y no ser más enemigo de sí mismo?

 

Ojalá no tarde demasiado

la respuesta que anhelamos.

 

Potrerillos, 6 de agosto de 2005